Enfoque Integral









ENFOQUE INTEGRAL



Nuestra propuesta de trabajo, sistémico e integral, apunta a desarrollar aquellos aspectos del ser humano que no fueron desplegados a lo largo de la vida por diversas circunstancias, personales, familiares, culturales o sociales, y que, en la edad adulta pugnan por poder manifestarse.
Aquel impulso instintivo primario de expresión espontánea, que ha sido socavado en el transcurso del ciclo vital, ha provocado un alejamiento cada vez mayor de sí mismo como unidad cuerpo-mente-emoción-esencia.
A través de un intenso proceso de auto-conocimiento, que comprende tanto los aspectos luminosos como sombríos de la persona, es posible ir manifestando de manera única y creativa el verdadero Yo.
A través del movimiento corporal, el trabajo con la voz, los sonidos, la palabra, la introspección y la reflexión compartida, se va creando una atmósfera de comunicación profunda, de intercambio y de mutua confianza.
Se van derribando barreras, corazas, máscaras, patrones, estereotipos y comienza a develarse la riqueza del propio universo personal junto a una sensación creciente de liberación.
Los cuerpos comienzan a “ser movidos” en forma fluida, fuera del control de la mente y de las limitaciones del ego. Los sonidos, acordes a cada intención, permiten un “insight” y un “outsight” plenos de sentido, de descubrimiento para sí mismo y para el otro.
La conciencia corporal se acrecienta a través del reconocimiento de los diferentes centros de energía, la percepción de sí mismo, el trabajo sobre el yo y las emociones.
Llegar a las raíces, a la Fuente, al principio de la existencia. Danzar la magia de estar vivo y el misterio de la muerte. Fundirse en un abrazo materno sin espacio ni tiempo. Sentir la totalidad desplegada en uno mismo sin fronteras. El cielo y la tierra, lo masculino y lo femenino, la materia y la esencia… Deslumbrarse con miradas que drenan un pasado que se va alejando y que va dando lugar a un nuevo nacimiento. Descubrir a través de una escucha atenta y amorosa que uno es el otro y que el otro es uno. Ser uno mismo vibrando en sintonía con el Universo.
De esta manera, es posible re-estrenar o re-habitar un cuerpo que se ha olvidado de sí mismo, habiendo reprimido su singularidad, y por ende, el sentido de su sagrada existencia.
Desde un nuevo lugar, el Ser puede expresar su potencialidad creadora, recuperar su energía vital, su alegría.
En este proceso, se producen cambios trascendentes en los vínculos, en la comunicación, en la vida personal, familiar y laboral.
Luego de un proceso de des-identificación de los condicionamientos internos y externos, la mirada hacia uno mismo se clarifica y la presencia se vuelve más luminosa, más bella. El ser vuelve a habitar su propio espacio y lo verdadero vuelve al centro de la escena.
Lo que parece “nuevo” en realidad es un re-nacer, un retorno a lo primordial, el florecimiento de una “nueva identidad”.
La implementación de diferentes técnicas en el desarrollo de las prácticas se va desplegando a partir de los emergentes grupales e individuales que brindan la riqueza del aquí y ahora.
Los cambios se ven plasmados debido a que se produce un movimiento en la totalidad de la persona. El trabajo con el discernimiento, la conciencia de lo emocional y corporal, y la experiencia unitiva, dan lugar a un proceso verdaderamente revelador y transformador.
El descubrir la posibilidad de asistir a las emociones desde un abordaje integral, permite abrir un espacio de sabiduría que contribuye a vivir una vida más equilibrada y en armonía con los otros, a actuar de modo diferente aplicando los nuevos aprendizajes a la vida cotidiana.
Saber que es necesario revisar nuestros condicionamientos más conflictivos para orientar nuestra vida hacia una nueva dimensión, constituye un salto fundamental en la conciencia. Permite un compromiso con el propio proceso personal de crecimiento y transformación, un protagonismo sustancial, un “tomar las riendas” de la propia vida.